Escena de lectura - Improlab

 Improlab

 

Hace un par de meses mi hermano mayor me invito a ver el show de improvisación que presentaba la novia junto a un pequeño grupo de amigos en un pequeño bar de Palermo, acepte sin dudarlo pese a que no tenia idea alguna de que iba todo esto. Recuerdo que el día de la “función” llegamos temprano para sentarnos lo más cerca posible de la acción. Al entrar en la sala, vi a mi cuñada junto a tres personas más gritándose, acotando cosas sin sentido, gestualizando exageradamente como si no se diesen cuenta que había gente entrando para ver su obra… al prestar un poco más de atención pude entender lo que estaba sucediendo, estaban haciendo ejercicios de vocalización, gestualización y supongo yo, de relajación también para sacar las tensiones del cuerpo que le podía provocar los nervios previos a comenzar su primera función.  

Ahí estábamos, sentados casi en primera fila, ya acomodados y con ansias de que comience el show. Yo no voy a mentir, estaba ¿Nervioso?. Siempre me pasa que cuando voy a ver por primera vez a un conocido hacer algo relacionado con el arte, siento que estoy en un limbo porque podría salir muy bien o muy mal. Sumado a estas sensaciones, tampoco podía terminar de digerir la idea de que era un show de improvisación… ¿De que iba todo esto? ¿Puede ser divertido algo improvisado? ¿Y si no se les ocurre nada? La verdad que todo esto no ayudaba a que le pusiera muchas fichas al show, pero ya estaba ahí y estaba dispuesto a presenciarlo hasta el final. Pasaron unos minutos de que llegamos, ya la sala estaba casi repleta de gente y mi cuñada con su grupo estaban acomodados como si fuesen a comenzar la presentación. De repente se apagaron las luces del alargado pero angosto cuarto, y solo quedo encendida la luz que nos permitía ver a los actores que estaban acompañados con una leve música que sonaba de fondo, uno de los cuatro actores dio un paso al frente y dijo algo así como “Bienvenidos a Improlab, el único lugar donde los experimentos buscan fallar” y procedió a explicar un poco las dinámicas del show. El show se dividió en 3 actividades con diferentes consignas, y necesitaba un poco de la participación del público, el cual por suerte estaba bastante enérgico y ayudo a que el show fluyera de la mejor manera.

Mientras avanzaba el show, y miraba fascinado el como llevaban todas las situaciones adelante, a pesar de equivocarse, pero sin dejar de ser disfrutable y llegando a situaciones graciosas, también reflexionaba sobre la improvisación… el cómo esta palabra mirándola mas detenidamente estaba teniendo mucha presencia en mi vida, pero esta reflexión la dejamos para más adelante.  A esta altura del show, las preguntas que me hice al comienzo ya estaban respondidas, y si, puede ser divertido algo improvisado, de hecho, todos debemos tener recuerdos de alguna salida improvisada a la cual no le teníamos fe, y resulto terminando ser una de nuestras anécdotas favoritas. Ya en la tercera actividad, y por ende la última, estaba convencido de que el show estaba siendo muy bueno, y repetir una experiencia así, era una opción.

A todo esto, el show termino durando una hora, lo cual me sorprendió… ya que fue una hora de improvisación, una hora de incertidumbre, una hora de 4 personas jugando en el escenario a crear historias, una hora de personas que se animaron hacer cosas diferentes, posiblemente con miedo a equivocarse, pero dispuestos a reírse y seguir intentándolo. Son estos los motivos que me llevo a ponerme de pie y aplaudir con una sonrisa en la cara cuando se encendieron las luces.

Hoy un par de meses después, les puedo decir que ese show me termino de convencer de lo importante que es improvisar. ¿Y que es improvisar? Improvisar es intentar, es convencernos que lo único que nos limita a la hora de hacer cosas nuevas somos nosotros mismos, es aprender a vivir con el miedo de no saber que nos depara el mañana. Hoy puedo decirles que estoy improvisando, comencé proyectos los cuales me decía: “No creo que salgan bien, tampoco es que sepa tanto”. No digo que voy a vivir improvisando, pero necesito saber que puedo hacerlo, que puedo improvisar cuando las cosas no salgan como yo lo espero a pesar de pensar que estaba todo “fríamente calculado”.

Así que los invito a improvisar, créanme… van a llegar a lugares que nunca se imaginaron.




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